«Creo que la probabilidad [de que vivamos en una simulación] puede ser altísima, y la evidencia que tengo para ello es un experimento mental muy sencillo. Cuando observamos las medidas de nuestra propia inteligencia, tendemos a tenerla en alta estima… Si observamos otras formas de vida sobre la Tierra con las que tenemos ADN en común, no hay ninguna que podamos equiparar con nosotros y nuestro nivel de inteligencia, ninguna en absoluto, ni en toda la historia de los registros fósiles. De manera que, según nuestras definiciones, nosotros somos la única especie inteligente que ha habido jamás, puesto que poseemos la Poesía, y la Filosofía, y la Música y el Arte.
»Y entonces pensé, “bien, los chimpancés tienen un ADN que es idéntico al nuestro en más de un 98%, pero ellos no pueden hacer operaciones trigonométricas. Así que si ellos no saben de trigonometría y tienen una identidad genética tan cercana a la nuestra, pongamos esa misma diferencia de inteligencia más allá de nosotros y encontremos alguna forma de vida que esté tanto más allá de nosotros como nosotros lo estamos de los chimpancés. ¿Qué les pareceríamos a ellos? Seríamos unos completos idiotas, unos imbéciles babeantes en su presencia.
»De modo que si llevásemos a Stephen Hawking, el ser humano más inteligente, frente a esta otra especie, los de ésta se reirían y dirían, “y este es el ser humano más inteligente… Es ligeramente más inteligente que los demás seres humanos porque puede realizar cálculos astrofísicos de cabeza, como aquí nuestro Luisito en preescolar”. No es una exageración pensar esto, y si ese es el caso, me resulta fácil imaginar que todo en nuestras vidas es simplemente la creación de alguna entidad distinta para su diversión.»
~ Neil DeGrasse Tyson, Debate Homenaje a Isaac Asimov 2016
«Me parece difícil poder rebatir la posibilidad de que vivamos en una simulación. Uno observa la potencia de los ordenadores de hoy y dice: “tengo el poder de programar un mundo dentro de un ordenador”. Ahora bien, imaginemos cuando en el futuro tengamos aún más potencia que eso, y uno pueda crear personajes que tengan libre albedrío, por ejemplo, o su propia percepción del libre albedrío. Así que ese es un mundo y yo programo las leyes que gobiernan ese mundo. Ese mundo tendría sus propias leyes físicas, químicas y biológicas.
»Y ahora imaginemos que uno es un personaje de ese mundo y cree que tiene libre albedrío, y uno dice “quiero inventar un ordenador”. De manera que lo hace. “¡Eh!, quiero crear un mundo dentro de mi ordenador”, y entonces ese mundo crea un mundo en su ordenador. Con lo que tienes simulaciones una tras otra. Ahora colocas todos esos universos y arrojas un dardo. ¿A cuál de esos universos es más probable que le aciertes? ¿Al original que lo empezó todo, o a alguna de las otras simulaciones incontables que se desarrollaron desde allí? Evidentemente, vas a acertarle a una de las simulaciones.
»De manera que, estadísticamente y basándose en ese argumento, es difícil rebatir la posibilidad de que todos nosotros no seamos nada más que la creación de algún chico que está en el sótano de la casa de sus padres haciendo la programación de un mundo para su propia diversión.»
~ Neil DeGrasse Tyson, entrevista con Larry King, julio de 2017